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martes, 24 de febrero de 2009

28 años ya...


"El arte de la guerra es semejante al de la medicina: mortífero y conjetural". (Voltaire en Le Sottisier)


Hace ya 28 años: ayer cumplidos. Hace ya 28 años cuando un familiar me fue a buscar a la salida de un gimnasio en una larga avenida pamplonesa. Las actividades extraescolares (así llamadas ahora) se cortaron de raíz. La avenida era ya sólo una noche de febrero incipientemente fría y plagada de luces de farolas forcejeantes con la nieblilla para ser vistos sus contornos. Lo demás: vacío. No coches. No viandantes. Nada. Silencio sólo interrumpido ante mis intentos de indagar qué demonios era un "Golpe de Estado": ¿cómo se podía arrear un golpe a algo tan poco palpable o, peor aún, arrear ese algo metafísico un mamporro a alguien? Poco a poco se fue diluyendo la neblina que había penetrado hasta en mi cerebro mediante una nítida explicación: los militares querían tomar el poder por la fuerza. Grosso modo lo entendí, ya que el poder todavía es algo palpable sólo en quien lo detenta aunque hoy todavía se me antoja un concepto un tanto metafísico, pues no pocas veces a ese sentido metafísico apelan dichos detentores. Hace 28 años y yo, con diez primaveras en mi haber, notaba ya claramente la convulsión permanente que se vivía en todo el país y no digamos ya por estos lares. Dos factores ayudaron a ello: mi generación se crió mayormente en la calle con todo lo que ello acarreaba y mi peculiar gusto por la lectura de periódicos desde mi más tierna infancia. Pero la cita de Voltaire todavía vale: no hubo nada mortífero, afortunadamente, y las conjeturas quedaron para después de la maldita "Intentona". Hace ya 28 años...

martes, 17 de febrero de 2009

Sociedad para ciegos.


Leo a estas horas que en Koxka Comité y empresa no han llegado a un acuerdo : no sólo es Koxka. Multitud de empresas están teniendo gravísimos problemas.

No digamos ya de la construcción en donde los inmigrantes legales más trabajaban (el 80% de los inmigrantes "con papeles" están ya en el INEM), no digamos ya los eventuales despedidos en empresas de cuyos nombres no quiero acordarme, no digamos ya del "sector servicios" donde el despido se convierte -en desvergonzada transvaloración- en oprobio y vergüenza del despedido y su familia a pesar de los jaleos de ánimo de quien despide y de las naderías que espeta para ello.

No, aquí se habla más del AVE con reproches mutuos. Se habla mucho más del dichoso pabellón Arena Reino de Navarra y del Museo de los Sanfermines.

Aquí hace tiempo que lo que mola es hablar del bigotudo corrupto marbellí y su ruptura con la famosa folclórica: no tienten a la suerte conmigo, tal vez lo haya contada al revés. La prensa rosacea no va conmigo aunque todo lo invada.

Que sea Guy Debord quien me calle ante tan dramática situación:

"El origen del espectáculo es la pérdidad de unidad del mundo, y la expansión gigantesca del espectáculo moderno expresa la totalidad de esa pérdida: la abstracción de todo trabajo particular y la abstracción generalizada de la producción global se encuentran aperfectamente traducidas en el espectáculo, cuyo modo concreto de ser es precisamente la abstracción. En el espectáculo , una parte del mundo se representa ante el mundo, apareciendo como algo superior al mundo. El espectáculo es sólo el lenguaje común de esta separación".

(Guy Debord, "La sociedad del espectáculo": las cursivas son obra del autor).