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martes, 26 de enero de 2010

Música…



Hace años, demasiados, una hermana mía me preguntó si prefería un mundo sin mujeres o sin música. Corrí a responder que sin música: ¡mierda de tradición: ¿quieres más a papá o a mamá, carne o pescado, verdura o legumbre, vino o cerveza, hombres o mujeres?! Tanta jodida disyuntiva no puede, no debe, ser normal.

Al final mi vida se rige por canciones que me recuerdan a mujeres o por éstas que me recuerdan a aquéllas. ¡Y en cuanto a favoritismos sexuales, por favor! Soy consciente que es perfectamente natural preferir “pescado y carne” o viceversa.

Pero lo que ha hecho de mí alguien que no fuera un cretino ha sido la música. Ella es The Animals, ella es The Kinks, Beatles, Rollings, Eric Burdon en solitario, The Who, The Doors, pero también Eskorbuto, los Tijuana, MCD, y no me olvido de la sangre fresca y joven como los geniales Jet que ahora escucho.

Dejo en el tintero a los más antiguos: la inolvidable e inigualable Billie Holiday, Otis Redding, Johnny Cash y tantísimos otros.

No puedo rendir tributo a todos aquellos que me hicieron pasar ratos tan agradables como una botella de vino o de cerveza (bebidas espirituosas en general). No, y sería un acto realmente repugnante por mi parte olvidarme de los Pistols, de Motorhead, de tantísimos que no hay cuartillas virtuales o en papel donde quepan todos (incluyendo a mi querido Tchaikovsky y sus canciones más melancólicas).

Si uno es lo que lee, también lo que escucha. Y si algo no te vuelve un idiota pedante es el Rock. Y si algo te recuerda que antes que estudiar a distancia estudiaste en la Universidad de la Calle, ello sólo lo consigue el Rock. Y si algo te recuerda tu primera vez en todo: tenemos la misma respuesta.

Nada es comparable a escuchar a buen colega –virtuoso donde los haya- dedicarse a tocar el piano la canción que a ti te deje elegir al alimón. Y de oído puro y duro, oigan.

Si nada hay como un colega que sepa de música, menos aún hay que un colega que sea un perfecto jazz-man. Un tipo que no dejándose llevar por las omnipresentes corrientes musicales del momento, sepa ser un sagrado islote de sano individualismo. De canalla individuo y, sin embargo, amable compañero de ruta de todo aquel que sienta la música con piel de gallina resfriada.

Nada hay como alguien que se da por entero a algo. Más aún a un instrumento con el que hacer sentir a quien escucha lo que éste desee.

En mi último caso fue a Jessy Norman en el Herodes Ático ateniense cantando “Summertime”.

P.S.: De nuevo truhán, te lo dedico a Vos, querido Juanma. Necesito urgentemente echar unos licores contigo y el piano, el bajo, lo que deba ser…a tu conveniencia. Los Lunnys al sol es algo que me debes… y lo sabes, gañán…



Iñaki Oneca Agurruza.

(Para servir al Eterno Motor Inmóvil Creador sin saberlo y a Vd.)

viernes, 22 de enero de 2010

Morir en el Ulster.


En Irlanda del Norte, de nuevo, se avivan fuegos apagados: un perpetuo desgajamiento del movimiento terrorista IRA así lo atestigua atendiendo a su historial. Grupo de orígenes decimonónicos, con Michael Collins a la cabeza consiguió un "Estado independiente" insuficiente para los maximalistas del lugar. Dicho grupo también fue la herramienta que empleara en una guerra civil Éamon de Valera, hasta conseguir aniquilar a Collins.

De Valera, viéndose ya en su ansiadísimo poder, consigue su añorada "República independiente" olvidando su reivindicación sobre los seis norteños condados, que seguirán bajo dominio británico. Pero llegados ya los 60, el IRA norteño (prohibido en la República) no hace sino hablar -como casi todos los grupos terroristas de la época- de la "lucha de clases", de terminar con la "burguesía" promulgando incluso, la unión de trabajadores católicos y protestantes para conseguir dichos fines. Es el momento del primer gran desgajamiento: un ultranacionalista IRA Provisional (Provos) dan su coup d'etat asesinando incluso a antiguos conmilitones. Es la escisión más duradera, alimentada por el denominado e infame "Domingo Sangriento" que, por la torpeza de los paracaidistas británicos, hizo que el incipiente movimiento pacífico por los derechos civiles quedara arrinconado, en beneficio del reforzado y nuevo IRA. De ahí al "Viernes sangriento": veintidós bombas en una sola noche sacudieron Belfast asesinando a nueve personas. Pero el IRA cambió lucha por compromisos en inteligentes y no poco aguerridos movimientos a mediados de los 90. No obstante y como en toda historia nacionalista, dos grupos nuevos disidentes: el CIRA (IRA de Continuidad) y el RIRA (Real-IRA o IRA Auténtico, como traducimos aquí), hacen su aparición. Grupúsculos extremistas que no entienden de negociaciones, pero sin apoyo popular e incluso con la hostilidad manifiesta de la comunidad nacionalista y católica. Si el antiguo INLA, una especie de Frente de Liberación Nacional de tinte irlandés, era acoquinado en sus propios pisos francos por sus vecinos pro IRA y Sinn Fein, estos nuevos hijos del IRA sufrieron lo propio.

Pero hace un año comenzaron nuevos atentados y yo entonces leía en un interesante reportaje que se había llegado a encontrar en un piso franco a "un decrépito terrorista" contando batallitas a críos ávidos de acción. Críos, hijos de la crisis que a todos nos atenaza, que no conocieron los años de plomo y cruces de atentados entre paramilitares y republicanos. A tan tierna edad se cree poder vencer la muerte o que ésta es un precioso tesoro guardado para los salvadores de la patria. En su mundo la dignidad individual no existe, sólo la colectividad manda. Hasta la muerte se imaginan, desfilando de victoria en victoria, hasta la derrota final. Es el grave problema que quiere, y todavía puede ser, la violencia en el Ulster: una auténtica guerra civil. Cabe recordar, para mentes obtusas dadas a ver westerns de buenos y malos, las enormes diferencias con lo que por aquí pueda suceder. Cabe recordar cuando se levantaban los diferentes muros para separar barrios enteros en Belfast y otras ciudades, los protestantes o los católicos que tenían que dejar una zona, lo hacían dejando las llaves del gas abiertas para sus nuevos moradores. Y eso lo dice todo un Gerry Adams en su autobiografía "Antes del Amanecer".

Cabe recordar que por encima de dichos muros, volaban cócteles molotov arrojados por señoras con pinta de amas de casa. Caben recordar también, los comunicados del IRA llamando a la población republicano-católica a no provocar disturbios en los anacrónicos desfiles veraniegos de sus contrarios.

Pero las criaturas que montaron enormes algaradas el pasado año así como atentados contra militares pero, sobre todo, contra agentes católicos de la nueva policía del Ulster (PSNI), no entienden de buscar empleo. Los últimos policías asesinados eran católicos animados a emplearse por la nueva supuesta situación política, viendo cómo quedaba atrás la sectaria Policía Real del Ulster (RUC). Mas en Milltown Road, el pasado ocho de enero, Peader Heffron de 33 años, fue atacado con un explosivo por sus vecinos católicos. En uno de los últimos atentados del pasado año, en Craigavon, murió otro policía católico a manos de un crío de 17 años de un barrio cercano al suyo. Son, como digo, hijos de la crisis. Niñatos que se creen invencibles o, peor aún, mártires.

No sabiendo morir hacen buenas las palabras del filósofo rumano Emile Cioran: "Los antiguos sabían morir. Elevarse por encima de la muerte fue el ideal constante de su sabiduría". Nadie cree ya en los antiguos, en el Ulster al menos. Y nadie sabe morir ni pensar en la muerte, algo tan obvio que no es propio de sabios, como defendía Epicuro.

Y todo el mundo piensa, teme, una palabra: Omagh. Muerte.



Imagen: Omagh, el Horror. ¿Es bueno tener memoria?

P.S.: Gracias tanto a DIARIO DE NAVARRA como a DIARIO DE NOTICIAS DE NAVARRA por su publicación en "papel": http://noticiasdenavarra.com/2010/01/14/mundo/morir-en-el-ulster y al periódico del mismo grupo, así como también a NOTICIAS DE GIPUZKOA y a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.

Iñaki Oneca Agurruza.

A las barricadas por las telenovelas.





Perdónenme, vaya por delante mi absoluta falta de rigor hablando de tal formato televisivo. De verdad, perdónenme. Pero siendo puro entretenimiento, al cual también tenemos derecho los humanos ante una vida vertiginosa y llena de preocupaciones, también es cierto que dicho producto es susceptible de ser intervenido por papá Estado. En Venezuela, perdón, en la República Bolivariana de Venezuela, así es. El Estado no deja margen a la intimidad, al individuo. Y ahora Chávez la toma con uno de los productos televisivos que más dinero mueve en su queridísima patria: las telenovelas (antaño culebrones, si mal no recuerdo). Y es que el sátrapa quiere que "las telenovelas sean más socialistas", pontifica.

No pocos biempensantes ante mi escepticismo por sus proclamas paradójicamente anacrónicas sobre "el socialismo del siglo XXI", que gritaba como un poseso al lado de una imagen de Jesucristo y de otra del Che Guevara; no pocos biempensantes (cándidos a la manera volteriana, más bien) dieron un giro comentándome su preocupación por querer conformar un partido único. Es decir, hacer del Movimiento Vª República de una coalición a un Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), es decir, un partido-Estado.

¿Pero tan poquito hemos aprendido de la pasada centuria?: era y es la consecución lógica. La perpetuación en el poder de un "tirano banderas" cualquiera pasa, por aquellos pagos, por hacer un partido único a la manera soviética pero con más gracia (el Caribe es el Caribe, señores). El resultado, igualmente, es la aniquilación total del individuo como tal. De su dignidad y de su libertad. Subsumiendo todo ello a la masa: patria o muerte. Amén.

Tras su asalto a los medios de comunicación opositores -mayoritarios- y la creación de "universidades del pueblo" que son pisos en donde se adoctrina al por mayor, lo siguiente estaba cantado: también la diversión será del Estado. Y la chica de vida disipada socializará sus relaciones sexuales con ricos y pobres por igual (pero más con éstos); el pérfido malo malísimo tendrá nombre y apellidos yanquis y un mote: "El pitiyanqui"; la mujer de la limpieza dará un golpe de Estado aniquilando mocho en mano a todo explotador que le diga que es una cotilla y el pícaro mayordomo que se acostaba con la señora de la casa de al lado a cambio de información, será castrado en plaza pública para mayor demostración de qué hacer con "los enemigos de clase". Falta -tampoco quiero dar ideas- cómo no, la vestimenta totalmente idéntica de todos los personajes: de uniformado rojo rojísimo (rojo sangre) y boina calada. Hasta cuando una despechada se dé a la bebida será una bebida del Estado, como el asqueroso vodka "de la victoria" que tuviera que beber Winston Smith en "1984". A veces me pregunto si habrá leído Hugo Chávez dicha obra del bueno de Orwell: me temo que mi conclusión es afirmativa, pero no puede, no sabe leer la crítica a tan odioso sistema que todo lo invade.

Cámbiese "Victoria" por "Bolivariano" y las próximas telenovelas llevarán tal nombre al igual que el ron, los cigarrillos y los coches que en ellas aparezcan. Mientras, el Bolívar va a ser devaluado y la gente acude en desbandada a los comercios ante la subida de precios de un 50% y el país se ve mermado por la crisis capitalista que tanta barata y bravucona ironía produjo en este Tirano Banderas. Así, los miembros del PSUV se arroparán desfilando con más hambre y más conciencia de clase cantando aquella vieja canción republicana con tintes actuales: "a las barricadas revolucionarias, por el triunfo de la telenovela".

Es, para desgracia de los venezolanos, el triunfo de quien quiere convertir su vida en una bolivariana telenovela a modo de nueva caverna platónica.


Este artículo ha sido publicado en formato "papel" en el periódico DIARIO DE NOTICIAS de Navarra: http://www.noticiasdenavarra.com/2010/01/17/politica/a-las-barricadas-por-las-telenovelas

Iñaki Oneca Agurruza.