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lunes, 30 de diciembre de 2013

Y que nada cambie...


Es algo que uno no puede evitar: esa sensación de que nada cambia. Lo estático es sinónimo de muerte. Sólo el movimiento es vida. Pero sí, es algo que no puedo evitar. Cómo será el hecho en sí que consigue animarme a escribir en este jardín un tanto maltrecho y descuidado. De nuevo el ambiente empalagoso. Sigo respetando, sinceramente, a quien disfrute de las navideñas festividades. Máxime a quien se haya dedicado a procrear la especie por darle más sentido a  todo. Pero yo, tras unos largos paseos por la ciudad y por diferentes zonas, sigo opinando lo mismo. Veo tétricamente inmutable todo un año más. Otro año más (Tempus Fugit).
No me molesta el mercantilismo: esta época hace que se mueva “la pana” –aunque sea poco- y se crean algunos puestos de trabajo. Que el comercio tenga algo de movimiento no me parece mal. Vamos, que como soy así de especialito o que simplemente tengo una opinión propia, puedo estar más de acuerdo con quienes disfrutan estos días sin más pretensiones. No puedo estar tan de acuerdo, no obstante, con los quejicosos que nostálgicamente hablan de que un pretendido “espíritu navideño” se ha echado a perder por el mercantilismo.
No entiendo de “espíritus”. Mucho menos navideños. Sí entiendo lo que es mal gusto. Entiendo que encender menos lucecitas que no embellecen nada, sigue siendo un derroche. Que se haga menos, no quita para que haya tenido que ver, atónito, cómo un edificio institucional se ha “engalanado” de lucecitas. Un edificio que habita normalmente una casta política que ha dado un ejemplo vergonzoso en cualquiera de sus siglas.
No lo entiendo, sinceramente. Entiendo a los críos y su ilusión por ir en camello. Entiendo sus esperanzas, sus ilusiones. No entiendo la desfachatez que supone engalanar, a cargo del erario público, un edificio que ha representado una vergüenza tras otra durante demasiado tiempo.

Espero que estén pasando unas buenas fiestas. Algunos no tenemos mucho que celebrar: Que nada cambie con la que está cayendo, por ejemplo. Pásenlo bien…siento no acompañarles.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Perplejidad foral.

Ante la situación política foral, posiblemente rayana en la más absoluta hilaridad si no hubiera nítidos intereses financiero-políticos en todo: me declaro totalmente perplejo. Por todo ello.

 Perplejo y sin palabras para analizar las grandes –y vergonzosas- escenas que en el panorama nacional están siendo vistas de los hechos acaecidos por estos pagos (analizados con lupa o no, ya es una cuestión que debiera ser judicial).

 Cedo pues, desde mi hoy desesperante perplejidad, la voz a otros:

 “(…) porque los hombres son tan débiles y tan incautos que cuando uno se propone engañar a los demás, nunca deja de encontrar tontos que le crean.”
 (Nicolás Maquiavelo, “El Príncipe”, Cap. XVIII: "Si los príncipes deben ser fieles a sus tratados”)

 “(…) por desdicha es cierto el que nadie es completamente infeliz ante el fracaso de su mejor amigo.” (Groucho Marx, “Groucho y yo”, Cap. 12: “Algunas payasadas no previstas en el número”)

 “Pues hay mucha diferencia entre no querer o no saber cometer una falta” 
 (Séneca, citado por Michael de Montaigne, “Ensayos completos”, Cap. XXVI: “De la educación de los hijos”).

sábado, 13 de octubre de 2012

32 Feria del libro antiguo y de ocasión de Pamplona



“¡Qué bueno sería comprar libros si junto con ellos se pudiera comprar el tiempo para leerlos! (ArthurSchopenhauer en El arte de insultar: “La adquisición de libros”)

 Si algo me está sorprendiendo gratamente es laXXXII Feria del libro antiguo y de ocasión de Pamplona y, en ella, encontrarme por diferentes motivos con tantísima gente que compra, lee y sabe qué compra y qué lee.
 Demostrando así que el tiempo –ese enemigo del bicho humano- siempre puede transformarse en un aliado a la hora de entregarse en una escogida lectura.
 En breve me extenderé más al respecto. Sirva esta introducción para abrir boca de cara a lo que pueda escribir mañana al respecto.
 Conmino a todos los pacientes como amables lectores a que se animen a pasarse por el “Ágora” de Pamplona (el “salón de estar de Pamplona”): la Plaza del Castillo, donde además de obtener libros de calidad a muy buen precio, se podrán observar ciertos corrillos de gente que trata sobre los temas más diversos: livianos o trascendentes.
 Son tiempos en los que dicha trashumancia de lectores impenitentes anima y mucho: también en este epicúreo jardín, tan escéptico a veces…

Post Scriptum: para seguir más detalladamente la Feria en Facebook:http://www.facebook.com/pages/Feria-del-libro-antiguo-y-de-ocasi%C3%B3n-de-Pamplona/378416858894054?ref=hl y en Twitter en #feriadellibroantiguoydeocasicon de #Pamplona

miércoles, 30 de mayo de 2012

Desde la caverna.

“- Si después se le saca de allí a la fuerza y se le lleva por el sendero áspero y escarpado hasta encontrar la claridad del sol, ¿qué suplicio sería para él verse arrastrado de esa manera? ¡Cómo se enfurecería! Y cuando llegara a la luz del sol, deslumbrados sus ojos con tanta claridad, ¿podría ver ninguno de estos numerosos objetos que llamamos seres reales?
- Al pronto no podría –dijo.
- Necesitaría indudablemente algún tiempo para acostumbrarse a ello (…)”

Famoso el dialógico relato platónico que inicia el Libro VII de La República. La caverna está llena de encadenados que, una vez más, contemplan engañados figuras sombrías representadas en la pared. Rotas las cadenas acontece lo arriba reseñado.

Vivimos, hoy, ahora, en la caverna. Paseo continuamente interesándome, interrogando, conociendo gente, reencontrándome a mucha más: no dejo de ver sombríos seres que se engañan y se siente a su vez engañados.

Nos zambullimos en la peor marejada económica desde el “crash” del 29. Tal vez sea ésta más larga y de peor solución. Como bien dice Platón necesitaremos algún tiempo para acostumbrarnos a lo que se nos ha venido encima: vivir en la incertidumbre económica y laboral.

No valen más juegos de creencias: cosmovisiones caducas y peligrosas como el comunismo, el fascismo o el nazismo (véase el terrible caso heleno).

Cuando algún buen amigo me plantea como solución al carcomido actual sistema un “socialismo real y no burgués” me acuerdo de los falangistas que reclaman “la revolución pendiente”. Sinceramente hay que desconfiar de toda alternativa que parta del hecho de la total disolución del individuo en la masa.

Plantear medidas estatalizadoras para todo aquello que no funcione se me antoja tan errado como quien hasta hace poco creía que detrás de todo lo público estaba Satanás.

Las engañosas sombras en esta caverna son múltiples: programas vomitivos en la caja tonta; una batallita de banderas en un próximo partido de fútbol; ideologías que sólo trajeron al humano miseria, represión estatalizada y eternas hambrunas; “brotes verdes” que uno solo encuentra a su paso por el parque y nunca, nunca, en la economía doméstica (la importante “microeconomía”).

La solución se presenta difícil y complicada: un poco de ética en el mundo de los mercados tal vez no vendría mal, perdóneseme la ironía.

Tal vez la búsqueda de un próximo modelo económico, con su correspondiente reflejo político, más sano, no deba confundirse con buscar el nombrecito de marras del mismo: otra vieja triquiñuela en esta caverna. Esta vez la búsqueda del nombre tal vez sea lo último. Dejemos las cosmovisiones que todo creen explicar de lado. Desconfiemos de quienes nos han acabado por hacer a todos los ciudadanos economistas (y por acertar tan poco como éstos)

Mientras continuamos andando por un “sendero áspero y escarpado” no hagamos el caldo gordo a lo que una vez denominé como “dictadura silenciosa”: nadie reconoce ante el vecino estar en el paro, en situación económicamente funesta e injusta…siguiendo intentar sobrellevar la vida con la incertidumbre apretándole el cuello mientras aparenta ser otra sombra más dentro de la caverna. Ello conlleva proyectar al exterior una imagen que corresponde al mundo de las apariencias. Y todo desde esta caverna…

Iñaki Oneca Agurruza



Imagen: Platón representado en el incomparable fresco de RafaelLa Escuela de Atenas“.

lunes, 9 de abril de 2012

La Barbie comunista.

  Llegar a Cuba - esa isla más que sometida por una dictadura que se antoja eterna – con la tranquilidad que da estar con el poder: no es privilegio de muchos. Llegar a Cuba con una cohorte de halagadores profesionales y profesionales de la política: tampoco. La nena en cuestión es destacada por detractores como por seguidores “por su indudable belleza”. Patéticos detractores y no menos patéticos fans: machistones todos. Digámoslo. Al final, ¿todo lo destacable de ella es su físico?


Y por lo que se ve la chica no hace nada contra tamaña afrenta machista. No. Potencia su imagen a más no poder. Como no flaqueo por ahí, sinceramente, cuando he visto sus primeras imágenes lo único en que me he fijado es que llevaba un piercing en una aleta de la nariz típico de algunos sectores. Es la Barbie comunista: Camila Vallejo.

¿Lo demás?: nada. ¿Discurso?: puritita retórica. “El partido [Comunista de Chile] es una herramienta, no un fin…” dice sabiondona cual nueva Pasionaria a la chilena en un video. Pero si un partido como el Partido Comunista Chileno no es un fin en sí mismo sino una herramienta: ¿una herramienta, para qué exactamente? Para alcanzar el comunismo. Se cierra el silogismo. Es lo que tiene pensar con la lógica formal inaugurada por Aristóteles y no divagar sobre la cuadratura del círculo.

Pero la Barbie comunista ha visitado la ignominiosa dictadura cubana. Militar dictadura que ninguna urna aupó. Y la inteligente Yoani Sánchez, valerosa filóloga y blogger cubana, se ha quedado sin poder debatir con ella. “Ha sido abducida por la Cuba oficial” ha dicho. La rebelde Barbie ha resultado de lo más sumisa ante una dictadura amiga. Tal vez sea un modelo del fin que busca su partido.

Poco queda de ella. Recién perdidas las elecciones de la Federación de Estudiantes de Chile, queda como patética imagen de ex presidenta de la misma. Las razones de los estudiantes que optaron por otro candidato de izquierda, asombran por su madurez al lado de los estudiantes de por estos pagos. Al final el Partido Nacional Fascista italiano también perseguía ser una herramienta para un fin muy concreto: los estudiantes chilenos ven demasiado el plumero a la muchacha.

Es lo que tiene “pensar hacia atrás como los cangrejos” que tanto recalcara Nietzsche. Es lo que tiene tener una mente decimonónica. Querer destacar una imagen más falsa que Judas, no es sino hacernos creer en las sombras de la nueva caverna de Platón: la ideología.

Dejo para nuestros lectores el ver a la muchacha en cuestión: a mí se me quitan las ganas con las sandeces que exhala por esa boquita.

Me quedo con la inteligencia de Yoani y su blog Generación Y

Iñaki Oneca Agurruza

Mi blog en Diario de Noticias de Navarra: http://blogs.noticiasdenavarra.com/desde-el-jardin-de-epicuro/

Imagen: la versión de la famosa muñeca cumpliendo 50 años en China.




jueves, 15 de marzo de 2012

PHILADELPHIA.

Solo los locos están seguros y resolutos”. Michael de Montaigne, “Ensayos completos”.



Si en algo estoy de acuerdo con el maestro Gabriel Albiac es en que si para los de su generación París fue el centro del mundo, Nueva York lo será para las siguientes generaciones en este siglo XXI.

También estoy de acuerdo con mi admirado Josep Pla, del cual leía su “Cuaderno gris” durante nuestro viaje: Nueva York de entrada “cabrea” y asfixia, pero es irremediablemente el nuevo centro del mundo.

Sinceramente lo reconozco: Nueva York es el nuevo ónfalo de Delfos, donde las vidas del planeta confluyen.

Tuve la oportunidad de conocer una buena porción de la Costa Este de los Estados Unidos y de su historia el pasado verano. La experiencia fue única. Probablemente irrepetible tal y como están las cosas.

Pero la sensación que menos puedo olvidar y, a la vez, digerir, fue el brutal choque desde el relajado sur virginiano con la enorme mole llamada Philadelphia, PA.

La antigua capital de los Estados Unidos es la puerta al Norte mayúsculo. También es la capital del trepidante hervidero de vidas estresadas. La zona del Ayuntamiento, cercano el “Hard Rock Café” de turno, es una arteria llena de restos de un huracán llamado crack, cocaína o éxtasis. Los homeless abundan, los maderos y agentes de seguridad de todos los pelajes también.

Un escaso mes antes de nuestra llegada se impuso un “toque de queda” para los menores de edad: un intento baldío por apaciguar a las pandillas de niñatos que se dedican a delinquir en la antigua capital. En el mismísimo centro de la ciudad y cerca del sorprendente centro masón al lado del City Hall (Ayuntamiento).

A unos pasos de allá, la “Liberty Bell” se ve rodeada de personas que dejan de mostrar sus carencias –curiosamente al revés que en Europa- con unas gigantescas barrigotas debido a galopantes obesidades mórbidas. Cuanto más pobre se es: más se come rápido y mal. Por menos dinero: más grasas saturadas.

Personas que se encuentran en una insalvable espiral de consumo de estupefacientes, comida basura y tabaco. Tal vez nunca sepan que hay vida más allá de PA.

Pero en la zona, a escasos metros de allá, repito, de nuevo uno se encuentra con la jovencísima historia de este país: tras la “campana de la libertad”, el “Independence Hall”. También dignos de mención son otros lugares como South Street, pero dudo mucho que el contraste tan brutal para un europeo llegue hasta allá. En unos metros, del infierno rodeado de inmundicia y personas terminales rodeados de policías, a la historia sociológica y filosóficamente interesantísima de este país.

Sólo los locos están seguros y resolutos, dice un Michel de Montaigne inmortal. Sólo los locos ven unos Estados Unidos malos malísimos, el nuevo imperio del mal (símil hollywoodiense, no se lo pierdan).

Únicamente mentes llenas de prejuicios no ven que los seres humanos somos como los países que conformamos: imperfectos. Tenemos lo bueno y lo malo habitando en nosotros desde nuestro nacimiento: así pues, veo a los Estados Unidos. Máxime viajando desde Virginia hacia Philadelphia, capital del Estado de Pennsilvania.

La misma mentalidad desprejuiciada que demostró Hannah Arendt en su obra “Sobre la libertad” comparando la Revolución Francesa y la Revolución Americana. Sólo la segunda no acabó devorando a sus propios hijos y a sus padres los reclamó como padres de la patria. Pero aquí nos perdemos en estériles debates sobre si lo que pasó al otro lado del Atlántico fue o no una Revolución.

Estados Unidos: un país lleno de desigualdades, como todos. Lleno de defectos. Como Vd. y como yo. Pero que en muy poco tiempo – poquísimo- ha conseguido enormes logros que por estos europeos pagos costó mucho asesinato, mucha guerra de religión, mucha miseria.

Tal vez sea hora de volver a releer a Bernard-Henri Lévy y su “American Vertigo”: libro que relata un viaje por los Estados Unidos que recorriera su compatriota Tocqueville. Y llegar a la conclusión de que los actuales Estados Unidos no son sino –tal vez- uno de los últimos inventos europeos.

Pero los cansinos políticamente correctos seguirán no entendiendo nada, teniendo ya a un “malo” para utilizar a modo de muñequito de pim pam púm. Puesto que solo los locos están seguros y defienden consolatorias conclusiones no racionales: Karl Marx dijo no ser marxista. Michel de Montaigne dijo tres siglos antes algo parecido.

Contra tanto “hombre de convicciones” (“hombre que no piensa” según Nietzsche) Estados Unidos se presenta como una aventura abierta.


Y Philadelphia, con todo lo que conlleva, así lo demuestra.



Imagen de arriba a la izquierda: el “City Hall” que tanto apareciera en la película de 1993: “Philadelphia” con unos inmejorables Denzel Washington y Tom Hanks.

Imagen del centro: las calles más bonitas y auténticas de la época capitalina de Philadelphia.

martes, 21 de febrero de 2012

Represión en el fin de fiesta.


No seré yo quien justifique la intervención (intervenciones) policial en Valencia contra estudiantes. No obstante sí seré yo quien ponga en tela de juicio la falta de éste en ciertos medios de comunicación y no digamos en foros y redes sociales.

Corría 1987: mis amigos de entonces y yo únicamente nos dejábamos llevar por Dionisos (entonces se le llamaba “litronear”, ahora “hacer botellón”) cuando en una manifestación de la que no sabíamos su motivación exacta (la extradición de un etarra, pudiera ser) acabó frente a nosotros con dos policías machacando literalmente a un octogenario. Se ve que los botes de humo y las pelotas de goma se habían terminado y la emprendieron con el abuelo a porrazos. Todos chillamos exaltados a los policías, con la candidez con que a uno le obsequia la adolescencia.

Todos, repito, todos recibimos en mayor o menor medida lo que el susodicho anciano (incluso algún amigo acabó escondiéndose paradójicamente en una iglesia).

Quiero decir que por estos pagos y so pretexto del injustificable terrorismo de algunos “salvapatrias” también se han reproducido acciones injustas en la calle como reacción. He visto disparos de fuego real, disparos con bolas de goma, botes de humo, palizas: definitivamente si los setenta fueron una época turbulenta, los ochenta fueron una época sucia, llena de mierda.

Por ello cuando veo los vídeos en varios medios digitales de los mencionados incidentes, me vienen a la mente los actos vandálicos de los repugnantes ultras del Real Madrid cerca de mi adorada Cibeles coreando aquello de “esto es Madrid, esto no es Bilbao” mientras recibían una merecida carga policial. La diferencia es que estos últimos habían provocado altercados.

Pero no deja de ser algo a tener en cuenta: por estos pagos y verbigracia a leyes excepcionales que cada vez -esperemos que siga así- menos tienen de actuales, uno estaba andando en la calle equivocada y era “agraciado” con un aluvión de tortas, porrazos, balazos, etcétera.

La situación actual económica es terrible: única. Supone la traca final, la resaca de una fiesta que muchos pagamos como invitados y que unos pocos se encargaron de desmadrarla como señoritos que “invitaban” y que serán los que menos efectos perniciosos sufran. Supone acontecimientos tan terribles como los de Grecia. Pero dar tanto pábulo a unas carreritas por el centro de Valencia con unos policías cargando básicamente con porras, me parece más que buscar la noticia: inflarla. Las imágenes de los vídeos sobre dichos lamentables sucesos se repiten una y otra vez moldeándose a la manera de una nueva caverna platónica mediática llegándose incluso a olvidar de las razones de las convocatorias. Algo sumamente peligroso pues cualquier dictadura ha utilizado dicha caverna (los principios de la propaganda de Goebbels, el agitprop soviético, etcétera).

Y todo enmarcado, simplemente, en el fin de una fiesta económica que comenzara en los noventa con la peligrosa y molesta resaca consiguiente.

Es el desmadre final que incluye también a los medios.

Es, simplemente, el triste fin de fiesta para todos.

  Iñaki Oneca Agurruza